"No hay nada nuevo bajo el sol" dicta el proverbio bíblico. Puede ser así. los literatos se inclinan ante tal aseveración, los pintores igual. Dicen que así es porque humildemente reconocen que su creación no es sino una serie de copias de lo que han visto y leído. Los sentimientos humanos no han cambiado desde que el ser humano es ser humano. De ahí que no haya nada nuevo. No podemos reiventar lo que cotidianamente se reiventa.
Viendo así las cosas, la historia se convertiría en un círculo en repetición ad infinitum. Frases como "quien no conozca la historia está condenado a repetirla", tiene esa carga: considerar la repetición de los sucesos humanos.
Puede ser que los literatos, los pintores y un sector de los historiadores tengan razón. Yo no lo sé, pero prefiero creer (sí, con un buen grado de ingenuidad) que los seres humanos hacemos la historia, que somos nosotros, como individuos, como actores, como agentes, quienes reproducimos las estructuras, el sistema en tanto nos permite conducirnos en las relaciones con la sociedad, pero que también es posible cambiar las estructuras, porque estas no tienen existencia objetiva, sino que su presencia permanece sólo en tanto las reproducimos. Esto abre toda una enorme posibilidad de cambio, de transformación, pero no de una transformación por el simple cambio que constantemente destruye las estructuras para levantar otras diferentes pero igual de asfixiantes.
Vivir con libertad, tomar las decisiones que construyen nuestra existencia, requiere de una profunda reflexión que no se reduce a lo meramente racional, sino también a un oscuro océano de subjetividad, en última instancia son las que componen la base produnda de nuestras elecciones, como sujetos que somos. En tanto esto es así, la reproducción de las estructuras y del sistema queda reducida a la repreducción de nuestra acciones sociales, y por lo tanto susceptibles a transformarse.
Para un niño y para un adolscente, la frase de no hay nada nuevo bajo el sol, no tiene sentido, porque día a día están descubriendo lo que este mundo les presenta; con sus ojos vírgenes ven este mundo de siempre como uno que nunca había estado y reluce de nuevo.
Gracias por la invitación a participar en este espacio, espero contribuir en la medida de mis posibilidades y limitaciones.
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3 comments:
Lindos poemas, del mismo género y bastante profundo te envío una composición de Juan Ramón Jiménez
"CARTA A GEORGINA HÜBNER
EN EL CIELO DE LIMA"
El cónsul del Perú me lo dice: "Georgina
Hübner ha muerto..."
¡Has muerto! ¿Por qué?, ¿cómo?,
[qué día
¿Cual oro, al despedirte de mi vida, un ocaso,
iba a rosar la maravilla de tus manos
cruzadas dulcemente, sobre el parado pecho,
como dos lirios malvas de amor y sentimiento?.
...Ya tu espalda ha sentido el ataúd blanco,
tus muslos están ya para siempre cerrados,
en el tierno verdor de tu reciente fosa
el sol poniente inflamará los chuparrosas...
Ya está más fría y más solitaria La Punta
que cuando tú la viste, huyendo de la tumba,
aquellas tardes en que tu ilusión me dijo:
"¡Cuánto he pensado en usted, amigo mío!...".
¿Y yo, Georgina, en ti? Yo no sé cómo eras,
¿morena?, ¿casta?, ¿triste? ¡Sólo sé que mi pena
parece una mujer, cual tú, que está sentada,
llorando, sollozando, al lado de mi alma!.
¡Sé que mi pena tiene aquella letra suave
que venía, en un vuelo, a través de los mares,
para llamarme "amigo"..., o algo más..., no sé..., algo
que sentía tu corazón de veinte años!.
-Me escribiste: "Mi primo me trajo ayer su libro..."
-¿Te acuerdas?-Y yo, pálido: "Pero...¿usted tiene
[un primo?".
Quise entrar en tu vida y ofrecerte mi mano
noble cual una llama. Georgina...En cuantos barcos
salían, fue mi loco corazón en tu busca...;
yo creía encontrarte, pensativa, en La Punta,
con un libro en la mano, como tú me decías,
soñando, entre las flores, encantarme la vida!...
Ahora, el barco en que iré, una tarde, a buscarte,
no saldrá de este puerto, ni surcará los mares;
irá por lo infinito, con la proa hacia arriba,
buscando, como un ángel, una celeste isla...
¡Oh Georgina, Georgina!, ¡Qué cosas!..., mis libros
los tendrás en el cielo, y ya le habrás leído
a Dios algunos versos...; tú hollarás el poniente
en que mis pensamientos dramáticos se mueren...:
desde ahí, tú sabrás que esto no vale nada,
que, salvando el amor, lo demás son palabras...
¡El amor!, ¡el amor!. ¿Tú sentiste en tus noches
el encanto lejano de mis ardientes voces,
cuando yo, en las estrellas, en la sombra, en la brisa,
sollozando hacia el Sur, te llamaba: Georgina?.
¿Una onda, quizás, del aire que llevaba
el perfume inefable de mis vagas nostalgias,
pasó junto a tu oído?.¿Tú supiste de mí
los sueños de la estancia, los besos del jardín?.
¡Cómo se rompe lo mejor de nuestra vida!.
Vivimos..., ¿para qué?.¡Para mirar los días
de fúnebre color, sin cielo en los remansos...,
para tener la frente caída entre las manos!,
para llorar, para anhelar lo que esté lejos,
¡para no pasar nunca el umbral del ensueño,
ah Georgina, Georgina!, ¡para que tú te mueras
una tarde, una noche..., y sin que yo lo sepa!.
El cónsul del Perú me lo dice: "Georgina
Hübner ha muerto..."
Has muerto. Estás, sin alma, en
Lima],
abriendo rosas blancas debajo de la tierra...
Y si en ninguna parte nuestros brazos se encuentran,
¿qué niño idiota, hijo del odio y del dolor,
hizo el mundo, jugando con pompas de jabón?.
.........
Espero te haya gustado, el trasfondo de este poema es tan inverosimil como lo era JRJ, ya que al parecer Georgina Hübner nunca existió, aunque él nunca lo supo. Bueno, ciao, buen blog.
Wow! Fué que Juan Ramon penso que Georgina existía o fué que se la invento para matarla despues?
Como es matar algo que no existe?
Como se tiene el valor para matar lo que nos hemos creado?
De cualquier forma es hermoso el poema.
Gracias!
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