En el viaje a Chicago, me colé al Museo de Arte. Me llamaba la atención las pinturas de Monet que pudieran tener, había escuchado que eran varias. Sin embargo, dentro de la aventura de recorrer el museo, me enteré que tenían una exposición de Posada y a fuerza de curioso andar, llegué a ella. Se trataba principalmente de publicaciones originales en periódicos donde Posada hacía gala de sus dotes de monero para ilustrar los temas. Entre ellos, la Catrina siempre me pareció simpática pero hasta ese momento me dí cuenta de lo cómica que era y me empecé a reir de ver las ilustraciones y leer sus rimas. Andaban por ahi una pareja de gringos y otros dos que no lo parecían.. je,je. Después de sentir sus miradas lo natural fué explicarles el sentido sarcástico de esas caricaturizadas calaveras. Me escucharon, volvieron a mirar las ilustraciones y siguieron serios. Yo, vislumbre a una curra mexicana con lunar en la mejilla que, aunque no la entendieran, seguía carcajeandose con su huesuda mandíbula.
